LA FIGURA DE ELÍAS
El lugar
escogido por los ermitaños es digno de mención especial: la fuente de Elías,
que vino a tener durante toda la historia de la Orden del Carmen una marcada
huella y una profunda influencia. El recuerdo de los profetas Elías y Eliseo, unido a muchas
localidades de Palestina, es muy fuerte.
El profeta Elías
es el inspirador de la vida espiritual del Carmelo. El manto de Elías, según la
tracción del siglo XIII, cuenta: que se heredó el simbolismo del manto a rayas
verticales grises y blancas, usado por los carmelitas, que mas tarde fue sustituido
en el 1287 por otro enteramente blanco, que es el que se usa aún hoy. Los dos
colores del primero indican el doble estado de los carmelitas, casto y
penitente; las siete rayas simbolizan las tres virtudes teologales, las
oscuras, y las cuatro cardinales, las blancas. El origen de las rayas: cuando
Elías fue llevado al cielo en el carro de fuego, arrojó su manto a Eliseo.
Pasando a través de las llamas, la parte expuesta de los pliegues se oscureció.
Con este manto Eliseo, según la narración bíblica, dividió las aguas del
Jordán, señal de que el espíritu de Elías, de acuerdo con su propio deseo, la
había sido transmitido, y de aquel día en adelante, sus discípulos comenzaron a
llevarlo.
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